Así que nos hemos decidido a preparar este post con el objetivo de plantear varios escenarios de retornos totales de nuestra inversión, así como de plazos y, a partir de unos cálculos más o menos sencillos, estimar qué renta podemos extraer anualmente de nuestra cartera sin consumirla (o, por lo menos, sin consumirla antes de tiempo!).
Lógicamente, vamos a tratar el asunto desde nuestro ángulo particular, es decir, teniendo en cuenta lo que ya hemos propuesto en post anteriores, a saber:
- somos inversores a largo plazo en renta variable (fundamentalmente)
- utilizamos vehículos de inversión de gestión pasiva minimizando en la medida de lo posible los costes de nuestra inversión
El largo plazo y los datos disponibles
La dificultad aumenta significativamente según nos remontamos más hacia atrás, digamos 100 años o más, en los históricos de las cotizaciones. Pero es importante hacerlo si queremos abarcar todo lo posible en lo que se refiere a eventos históricos que han impactado a los retornos del mercado en el pasado.
Además, cualquiera que sea el índice que siga nuestra gestión pasiva, habremos de tener en cuenta no sólo su evolución a nivel de precios, sino también los dividendos obtenidos a lo largo del tiempo, así como su reinversión. Hablaremos, por tanto, siempre de retornos totales (Total Return).
También deberemos ajustar todo ello por la inflación, ya que dichos retornos totales habrán de ser reales (no nominales). Trataremos, por tanto, siempre en unidades monetarias constantes.