martes, 2 de octubre de 2018

¿PE ratio o EPS?

En nuestro blog hemos venido insistiendo permanentemente en un enfoque que plantea la inversión como una participación en los resultados empresariales de las compañías que compramos o participamos. Esto es, por decirlo de otra forma, lo contrario a lo que sería especular con el precio. También hemos dicho en alguna ocasión que el hecho de que nos repartan o no total/parcialmente dichos beneficios como dividendos no es relevante para según qué razonamientos (para este que viene a continuación pensamos que no lo es).

Así, en nuestro post anterior intentamos calcular el valor actual de dichos beneficios empresariales recurrentes (con objeto de comparar con los precios actuales de la correspondiente inversión), asimilándolos a una renta perpetua que traíamos al momento presente utilizando un tipo de interés determinado. Ello lo hacíamos como simplificación (y también para ponernos en el caso peor, pues obviamos a propósito el valor de los activos) porque habíamos visto en el mismo post que el valor tangible en libros de muchas empresas de los índices más conocidos era cercano a 0 (a veces, incluso, negativo).

De la PE ratio a los EPS y más allá...


Sin embargo, dicho planteamiento tenía una limitación importante sobre la que pasamos de puntillas: dichos beneficios empresariales recurrentes, en realidad, no son constantes, pues varían según la coyuntura económica, entre otras cosas. Así, por ejemplo, una inversión en un momento “0” en el que el índice que compramos (vía ETF, Fondo…) presenta una PE ratio de 20 implica, en ese momento, unos beneficios empresariales de r0=5% sobre el total invertido (recordemos: PE ratio es Precio por acción dividido por Beneficio por acción; luego el inverso es nuestra tasa de retorno en ese momento):
Pero al año siguiente, como ya hemos apuntado, dicho retorno no tendrá por qué mantenerse y podrá variar; veámoslo: